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Aprender idiomas no sólo nos permite comunicarnos con personas de otras regiones, nos facilita los viajes o nos da una satisfacción personal. El aprendizaje de nuevos idiomas también nos permite leer o ver películas en versión original, y ayudar a quienes visitan nuestro país, pero no conocen el dialecto. No solo abre puertas a nuevas oportunidades culturales y laborales, sino que también tiene un impacto significativo en la salud mental. En particular, se ha demostrado que el aprendizaje de un nuevo idioma puede mejorar la memoria de diversas formas. ¿Y para qué más? Pues, aunque no lo creas, aprender nuevos idiomas hace trabajar nuestro cerebro, y eso a su vez, mejora nuestra memoria. ¡Es una manera de ejercitarlo!

 

El cerebro y el aprendizaje de idiomas

El cerebro humano es una máquina increíblemente compleja y adaptable. Cuando aprendemos un nuevo idioma, nuestro cerebro se ve obligado a trabajar de formas nuevas y desafiantes. Esta estimulación constante puede tener efectos profundos en nuestras capacidades cognitivas, especialmente en la memoria.

La memoria de trabajo es esencialmente la capacidad de nuestro cerebro para mantener y manipular información durante períodos cortos. Este tipo de memoria es crucial para realizar tareas cotidianas como recordar un número de teléfono mientras lo marcamos o seguir una conversación en un idioma extranjero. De hecho, debido a las facilidades que nos ofrecen los smartphones, ya no “tenemos la necesidad” de aprender nuevos números de teléfono, pero… pregunta a las personas mayores de tu alrededor para que veas cómo te sorprenden. Según un estudio de la Universidad de York, las personas bilingües tienden a tener una memoria de trabajo más fuerte que las monolingües. Esto se debe a que el proceso de cambiar entre dos idiomas obliga al cerebro a ejercitar esta forma de memoria constantemente.

¡Y esto no sólo funciona a corto plazo! El aprendizaje de un idioma también tiene beneficios para la memoria a largo plazo. Cuando aprendemos nuevas palabras y estructuras gramaticales, estamos almacenando información en nuestra memoria a largo plazo. Este proceso de almacenamiento y recuperación fortalece las conexiones neuronales, mejorando así nuestra capacidad para recordar información en general.

Numerosos estudios han respaldado la idea de que el aprendizaje de idiomas mejora la memoria. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Psychological Science encontró que las personas adultas mayores que aprenden un nuevo idioma pueden retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Esto se debe a que el aprendizaje de un idioma nuevo mantiene el cerebro activo y saludable. Otro estudio de la Universidad de Edimburgo mostró que los y las estudiantes que aprenden un segundo idioma tienen mejor memoria y capacidad de concentración que quienes no lo hacen. Este estudio también encontró que el aprendizaje de un idioma puede mejorar otras habilidades cognitivas, como la resolución de problemas y la toma de decisiones.

 

Beneficios cognitivos generales

El aprendizaje de un nuevo idioma no solo mejora la memoria, sino que también tiene una serie de beneficios cognitivos generales. Uno de los ejemplos más palpables es la mejora de la atención. Aprender un nuevo idioma requiere un alto nivel de concentración y atención, por lo que debemos estar atentos/as a los matices y diferencias entre nuestro idioma nativo y el nuevo idioma. Esta práctica constante puede mejorar nuestra capacidad para concentrarnos y mantener la atención en otras áreas de nuestra vida.

¿Sabías que aprender un idioma también aumenta nuestra creatividad? ¡Pues sí! Al aprender un nuevo idioma, también nos exponemos a nuevas formas de pensar y ver el mundo. Esto puede aumentar nuestra creatividad al darnos nuevas perspectivas y formas de resolver problemas.

Y como podrás entender, el proceso de cambiar entre idiomas, conocido como «code-switching«, no es nada sencillo, por lo que puede mejorar nuestra capacidad para realizar múltiples tareas. Las personas que son bilingües o multilingües a menudo son mejores para realizar varias tareas a la vez, ya que su cerebro está acostumbrado a manejar múltiples fuentes de información simultáneamente.

Si te interesa mejorar tu memoria a través del aprendizaje de un nuevo idioma, cuando estés en el proceso de adquisición de dicho idioma te recomendamos que:

  • Practica regularmente, dedicando tiempo cada día a estudiar y practicar, aunque sea sólo unos minutos.
  • No te limites a emplear sólo un método d aprendizaje, usa todos los recursos que puedas, como aplicaciones, libros, vídeos y conversaciones con personas nativas.
  • El aprendizaje multisensorial puede ser divertido a la par que efectivo, por lo que escucha música en ese idioma, ve películas y practica la escritura y el hablarlo.
  • Enseña a otras personas para reforzar tus conocimientos y mejorar la capacidad de recordar y explicar ciertos conceptos.

 

El aprendizaje de un nuevo idioma es una inversión en tu futuro cognitivo. No solo te abre puertas a nuevas culturas y oportunidades, sino que también mejora tu memoria y otras habilidades cognitivas. Con la práctica regular y el uso de diversos recursos, puedes aprovechar al máximo los beneficios del aprendizaje de idiomas.

Entonces, ¿a qué esperas? Empieza hoy mismo a aprender ese idioma que siempre te ha fascinado y observa cómo tu memoria y tu mente se fortalecen con cada nueva palabra que aprendes. La recompensa va más allá del conocimiento lingüístico; se extiende a una mente más ágil, creativa y saludable.