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La transformación digital ha modificado nuestra forma de comunicarnos y relacionarnos. Es más, incluso ha cambiado totalmente la manera en la que aprendemos y enseñamos. ¿Cómo es esto posible? Internet ha abierto un mundo increíble de recursos y posibilidades, pudiendo hacer uso de diferentes metodologías, y surgiendo un espacio donde compartir y enriquecer el pensamiento colectivo. ¿Significa esto el fin de la presencialidad? Por supuesto que no. La teleformación ofrece facilidades para aquellas personas que necesitan mayor flexibilidad y otro tipo de elementos de estudio.  

 

Recordemos… ¿Qué es la teleformación?

La formación en línea, también conocida popularmente como teleformación o e-learning, es una modalidad de formación en la que se hace uso de internet y emplea las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), con el objetivo de impartir conocimientos y favorecer la adquisición de competencias a través de medios digitales.

En ocasiones, la teleformación es usada como complemento a la formación presencial, bien para compartir información, para la entrega de actividades, o simplemente porque permite la mejora de competencias digitales. Por otro lado, cada vez es más demandada por las personas que quieren seguir formándose, pero que cuentan con un tiempo limitado para ello, o que las aulas presenciales les quedan muy lejos. Además, también presentan muchas ventajas en cuanto a la accesibilidad, eliminando las posibles barreras físicas y los obstáculos de ciertas discapacidades. Otra de las características más notables es que es posible compartir experiencias y conocimientos con personas que se encuentran en cualquier rincón del planeta, siempre que cuente con un dispositivo con conexión a internet. En este sentido, la práctica de idiomas de forma inmersiva nunca había estado tan cerca, ni la posibilidad de realizar estudios e investigaciones sin los grandes costes de desplazamiento.

Por lo tanto, la teleformación no sólo se presenta en forma de curso online, donde el alumnado entra en el aula virtual, están los contenidos y las actividades que debe realizar. La teleformación ha permitido la organización de webinars y tutoriales en vídeo, cuyas grabaciones podrán verse posteriormente, sin tener que estar en directo.

 

¿Quiénes se especializan en teleformación?

Existe una gran variedad de profesiones a las que especializarse en la modalidad teleformación puede marcar la diferencia para hacer destacar su perfil. El primer puesto de trabajo en el que pensamos es el de docente, pero hay muchos más.

Como hemos dicho, el personal docente que quiera abrir sus puertas a esta modalidad debe conocer el entorno en el que va a trabajar, así como las posibilidades que ofrece. Aunque existen leves diferencias entre las plataformas virtuales que suelen hacer uso las academias, la mayoría están basadas en Moodle, por lo que facilita la labor de aprendizaje para los y las docentes. Además, las versiones de este medio también presentan ciertos cambios, por lo que se recomienda estar en constante actualización. Puede que los botones cambien de lugar, o que se abran nuevos recursos disponibles que pueden llamar la atención del alumnado. Es cuestión de investigar y seguir aprendiendo como docentes.

Además del equipo docente, existe un grupo de personas que organizan la formación: el personal de gestión y coordinación. De hecho, en las ofertas de empleo, cada vez se solicita más el poseer formación en el uso y manejo de Moodle, aunque sea nociones básicas. Al fin y al cabo, son las personas que deben prestar apoyo al docente cuando no sepa utilizar la plataforma de teleformación, marcar las pautas establecidas por el centro de formación, y realizar el seguimiento de que todo va según lo planeado. El servicio técnico, por supuesto, también requerirá conocer este espacio, con la finalidad de ser quien resuelva las incidencias y problemas técnicos. Y vamos más allá. Si el centro de formación va a ser inspeccionado, quien lo inspeccione también debe saber dónde buscar, por lo que necesitará de ciertas competencias digitales.

 

Si tengo el Certificado de Profesionalidad de Docencia de la Formación Profesional para el Empleo… ¿es suficiente?

¿Suficiente? Sí, debería serlo. Pero como hemos comentado, la formación evoluciona y debemos estar en constante aprendizaje. De hecho, el Certificado de Profesionalidad de Docencia de la Formación Profesional para el Empleo ha cambiado de denominación desde la última modificación de la Ley de Educación, pasando a llamarse “Habilitación para la docencia en grados A, B y C del Sistema de Formación Profesional”, aunque de momento, es lo único que se ha visto afectado (los contenidos continúan siendo los mismos). Si ya tenías el anterior Certificado de Profesionalidad, no te preocupes, sigue siendo válido.

Además de esta formación, existen más que permiten especializarse en la modalidad teleformación. Suelen impartirse de manera online, para ir practicando y viendo in situ cómo se trabajaría con las plataformas virtuales, y poseen diferente duración y categoría. Por ejemplo, podemos encontrar expertos universitarios, cursos privados, másteres universitarios, cursos no conducentes a certificados de profesionalidad… ¡Es cuestión de buscar y encontrar cuál se adapta mejor a tus necesidades!