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En estos tiempos de incertidumbre donde no se sabe bien qué ocurrirá en los próximos meses, debemos prepararnos apropiadamente para cualquier alternativa. La crisis energética, la guerra, enfermedades que vienen y van, son sólo algunos de los factores que influyen en nuestro porvenir.

Según los datos de paro ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), España presenta una tasa de paro en el segundo trimestre del 2022 que supera el 12%, siendo aún más alta en Canarias, que presenta un 17,76% de paro.  Ante estas cifras, ¿qué podemos hacer? Sabemos que los niveles de desempleo en el país han sufrido variaciones en los últimos años, y la población es la que debe adaptarse a las diferentes situaciones y remar contracorriente frente a las adversidades a las que le toca enfrentarse.

Una de las opciones que tiene la sociedad para enfrentarse mejor a las desavenencias de la vida, es prepararse, cualificarse, actualizar su perfil profesional incrementando su nivel de conocimientos. La formación siempre es una buena opción. No se trata de inflar los currículums, sino de mejorar profesionalmente, como personas capacitadas. Es importante mostrar seguridad en uno mismo, y una de las vías para conseguirlo es mediante la formación. Al tener conocimientos y tener confianza de que lo que llevamos a cabo es correcto, se muestra una mayor seguridad, tanto en las entrevistas como en los puestos de trabajo.

Si nos paramos a pensar en las ventajas de la formación, tendríamos que escribir un libro sobre ello. Aunque no siempre es necesario el mismo tipo de perfiles, se trata de adecuar lo máximo posible la oferta formativa a los requerimientos del mercado laboral. No sólo se fomenta la búsqueda de empleo y el conseguir mayores oportunidades de empleabilidad, sino que se ofrece una mejora laboral, buscando que cada persona se sienta realizada en su puesto de trabajo. Es una tarea complicada el proponer acciones formativas que realmente se vinculen con la realidad laboral, por lo que es preciso realizar una investigación sobre el empleo y las tendencias del mercado. Por consiguiente, la oferta formativa debe evolucionar y adaptarse a las exigencias de cada momento y de cada región. Seguro que más de una vez te ha llegado un cuestionario para medir la calidad y adecuación de la formación realizada… son más importantes de lo que uno piensa, ya que es de las vías más directas para obtener información de la realidad que vive el alumnado.

Y no sólo se trata de adecuar la oferta formativa a las necesidades de las empresas y de la población. Es importante analizar las modalidades más adecuadas para cada sector, así como facilitar la formación a aquellas personas trabajadoras o con responsabilidades que disponen de menor tiempo que pueden dedicar a su objetivo profesional. ¿Eres una de esas personas? Seguro que en más de una ocasión te has planteado realizar una formación online, para poder conciliar con tu vida laboral y familiar. Su flexibilidad, autonomía y capacidad para conectarse desde cualquier dispositivo, hacen que la formación online sea una opción más que apetecible para algunas personas (y en verano mucho más).

En definitiva, la formación profesional para el empleo trata de ofrecer a la sociedad los conocimientos, destrezas y competencias que le permiten ser más competitiva y responder a sus necesidades formativas y a las de las empresas de cada sector.