Seleccionar página

¿Qué pasaría si cada empresa gestionase su forma de prevenir y actuar ante accidentes en su centro de trabajo? Y otro punto para reflexionar… ¿cómo se gestionarían las bajas y los seguros médicos si cada empresa actuase por su cuenta? La prevención de riesgos laborales (también conocida como PRL) surgió para dar respuesta a las problemáticas de salud y seguridad que fueron aconteciendo en el seno de las empresas, para ofrecer un respaldo a su personal, y para ellas mismas obtener un protocolo acerca de las medidas que debían tomar para evitar problemas más graves.

 

¿Qué implica la prevención?

Se debe partir de la base de que, cuando se crea un plan de prevención o de actuación ante situaciones peligrosas, es porque precisamente existen elementos en un espacio determinado que pueden suponer un riesgo para las personas que se exponen al mismo. Por lo tanto, lo primero que habría que hacer es analizar la situación y el entorno, e identificar cuáles son esos riesgos y cómo pueden afectar al personal o al público que visite las instalaciones. En segundo lugar, prevenir, es decir, buscar técnicas, herramientas o materiales que reduzcan la posibilidad de estar expuesto o expuesta a esos riesgos. Después habría que elaborar el plan de actuación, pero el fin principal del plan de prevención, es que no se deba llegar a actuar porque ha habido un accidente.

Seguro que te suena esa frase conocida como “más vale prevenir que curar”, pues de eso se trata. Realizar un esfuerzo para que la prevención sea efectiva, y especialmente en entornos laborales, donde se suele acumular mayor cantidad de población, contando las personas que están trabajando, la clientela, proveedores, etc.

 

Prevención para la salud y el bienestar

Pensemos. No sólo se previene para evitar accidentes, sino para garantizar unas condiciones de trabajo dignas y seguras, donde la empresa debe velar por el bienestar de su personal. Si consultamos la Real Academia Española (RAE) y buscamos el término de bienestar, podemos encontrar diferentes definiciones, pero vamos a quedarnos con la siguiente:

“Estado de la persona en el que se le hace sensible al buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica”.

Con esto podemos entender que el bienestar hace referencia tanto al buen funcionamiento de nuestro ser físico como psíquico. Normalmente solemos pensar antes en cómo puede hacernos daño físicamente un elemento en nuestro centro de trabajo, pero hay que ir más allá. De ahí que con el paso del tiempo hayan sido analizado también los riesgos psicosociales, donde algunos de los más habituales son el estrés y la ansiedad. El estrés en casos puntuales puede ser beneficioso, ya que puede desembocar en una mayor productividad, pero cuando se convierte en un estrés frecuente, puede volverse crónico e inhabilitar a la persona que lo sufre. Por esta razón, cada vez son más las empresas que crean protocolos de actuación para prevenir el estrés laboral.

 

Inicios de la Prevención de Riesgos Laborales

Vamos a ponernos en situación. En una España antigua, con la mano de obra concentrada en las fábricas y bajo unas condiciones laborales que mucho distan de lo que existe hoy en día. Cuando las empresas tuvieron que ponerse manos a la obra en materia de prevención de riesgos laborales, y con la finalidad de asegurar unas condiciones de trabajo mínimas, lo primero en lo que centraron sus esfuerzos fue en las medidas de higiene.

Las infecciones eran comunes y habituales, y mucha gente podía tener complicaciones con una herida al infectarse, así que el primer pilar en el que trabajar para una buena prevención de riesgos, era la higiene y garantizar unas condiciones de salubridad del lugar de trabajo decentes. Seguidamente se acompañó de un sistema de salud en el trabajo, de manera que en los centros se requería, o en algún lugar relativamente cerca, acceso a personal cualificado en medicina que pudiera atender a personas que lo requirieran.

Con el paso del tiempo, comenzó a publicarse normativa al respecto, hasta llegar a la actual Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que fue aprobada en 1995, y donde se regulan las medidas que se deben adoptar con el fin de evitar o reducir los riesgos derivados del trabajo. No obstante, de esta ley derivan otras más específicas, ya que existen ciertos sectores que deben tratarse de manera particular. En la actualidad, se ha seguido avanzando y no sólo debe tener formación el personal que se encargue de este ámbito, sino que a todos los empleados y empleadas se les ofrece que se formen, no sólo para evitar riesgos que les cause daños a sí mismos, sino para saber actuar en caso de que otra persona lo necesite.